La plataforma Cetes Directo endureció las reglas para el ahorro recurrente en valores gubernamentales. Los cambios entrarán en vigor el próximo 1 de diciembre. Así que, si ahorras en Cetes, debes conocer estos cambios.
¿Cuáles fueron los cambios? ¿Cómo funciona el ahorro recurrente de Cetes? Los cambios llegan en medio de incertidumbre
Los Cetes son instrumentos de deuda emitidos por el Gobierno Federal de México, considerados una inversión de bajo riesgo ya que están respaldados por la solidez crediticia del país. Estos instrumentos permiten a los inversionistas obtener un rendimiento fijo al término del plazo seleccionado. Actualmente, los Cetes a 28 días ofrecen una tasa de interés del 9.95%, una de las más competitivas en el mercado para inversiones de corto plazo. La plataforma Cetes Directo emitió un comunicado donde señala que, a partir del 1 de diciembre de 2024, el monto mínimo para participar en el programa de Ahorro Recurrente y para realizar cargos automáticos por domiciliación aumentará de $100 a $300. Además, el plazo mínimo de inversión para adquirir Certificados de la Tesorería (Cetes) bajo esta política cambiará de 28 a 90 días. Esto significa que los inversionistas deberán comprometer su capital por periodos más largos, con el objetivo de alinear las políticas con prácticas financieras más robustas. El Ahorro Recurrente es una modalidad que permite a los usuarios programar inversiones automáticas en Cetes y otros valores gubernamentales. En esta opción, el usuario elige un monto específico que desea invertir de manera periódica, ya sea mensual, quincenal o semanal. Además, el inversionista autoriza un cargo automático desde una cuenta bancaria registrada. Este cargo se realiza en las fechas programadas por el usuario para garantizar que la inversión sea consistente. Los fondos domiciliados se utilizan automáticamente para adquirir Cetes o el valor gubernamental elegido, a la tasa de interés vigente. Con los nuevos cambios, los inversionistas deberán espera un mínimo de 90 días para poder disponer de su ahorro. Estos ajustes ocurren en un contexto económico complicado para México. Recientemente, las calificadoras Moody’s y HR Ratings cambiaron la perspectiva de la deuda soberana del país de “estable” a “negativa”. Moody’s, por ejemplo, señaló un debilitamiento en la formulación de políticas públicas y un entorno institucional que podría afectar los resultados fiscales. Aunque ambas calificadoras mantuvieron las calificaciones actuales (Baa2 y BBB+, respectivamente), una perspectiva negativa implica el riesgo de una posible degradación en futuras revisiones.
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