Por Sergio Villarreal* Socio Líder de los servicios de Auditoría Interna en Deloitte A través de los años, la profesión del auditor interno, quien es el responsable de custodiar el patrimonio de la empresa y brindar aseguramiento acerca del logro de los objetivos de la organización, ha tenido fama de ser una labor aburrida; pasa el tiempo y poco sucede para cambiar la idea sobre este rol. Su ritmo de cambio tradicionalmente suele ser bajo. Y si bien, al igual que todas las áreas de las empresas, busca ser relevante y agregar valor; sin embargo, con cierta frecuencia la organización no entiende bien cuál es su alcance y contribución.
Es en este contexto, que el gremio global de los auditores internos, congregados por The Institute of Internal Auditors, ha dado de manera colectiva voz a un planteamiento atrevido: establecer normas de actuación que elevan la profesión a niveles no antes vistos. Estas normas son atrevidas y buscan que este profesional vaya un paso adelante de la dinámica de innovación de la empresa en la que se desempeña. Los principales retos que estos estándares de actuación manifiestan se pueden sintetizar en cinco elementos: 1. El propósito de la auditoría interna evoluciona para además de incluir aspectos tales como creación y protección de valor, agregar ahora el sostener dicho valor y mejorar la capacidad de la organización para servir al interés público. 2. Para cumplir cabalmente con todo su potencial, la gobernanza que da sustento a la labor del auditor interno en la empresa debe estar definida con precisión a través de las condiciones esenciales que se detallan en las normas. 3. Al igual que el resto de las áreas que forman la empresa, la auditoría interna debe establecer una estrategia que inicie con una visión de sí misma a cinco años, definiendo las diferentes iniciativas que la irán acercando hacia ella.
4. ¿Qué significa digital para el auditor interno? Se refiere tanto a la aplicación de las tecnologías de información en su propia gestión y desempeño, como para apoyar a la empresa en entender y mitigar los riesgos que conllevan. 5. Y por último, el talento que se traduce en las competencias, tanto técnicas como suaves, que el profesional que desarrolla la auditoría interna debe tener presentes para estar a la altura de los restos. La combinación de estos cinco elementos da un Plan de Ruta, la función de auditoría interna establece, así, un camino a seguir para ser más relevante en toda empresa y sumarse al valor de la misma.
]]>